Presentar y hablar delante del público
… también forma parte de la interpretación consecutiva. No es solo la interpretación en sí la que cuenta a la hora de dar una imagen de intérprete profesional o no profesional. La forma en la que un intérprete presenta «su» discurso tiene un gran impacto.
Cuando se comienza la carrera como intérprete se suele incluso tener miedo a hablar en público. El miedo a no reconocer las notas al final del discurso desaparece muy rápido tras las primeras intervenciones.
En el transcurso de la técnica de la toma de notas, se aprende a reproducir los apuntes con fluidez y, si es necesario, a poner en práctica estrategias de emergencia que el público ni siquiera notará si no puedes descifrar las notas de inmediato. Esto es importante ya que los titubeos, las vacilaciones, la mirada fija en las notas, etc., dan la impresión de que el intérprete no está seguro de lo que dice.
En el camino hacia la toma de notas y la presentación profesional, también se aprende a dejar de lado las coletillas propias y los hábitos raros. ¿Qué quiero decir con eso? A mí, por ejemplo, me llevó bastante tiempo reducir las veces que decía «eh…». Una compañera de la universidad se tambaleaba de un lado a otro sobre los talones y no se daba cuenta. Otros comienzan cada dos frases con: «Sí, bueno». No solemos darnos cuenta de estos detalles. No obstante, una vez los identificamos no es tan difícil deshacerse de ellos.